Según el informe "Los españoles ante la e-sanidad", más del 60% de la población consulta sobre su salud en Internet y el 70% de ellos reconocen que les gustaría que sus profesionales sanitarios les recomendaran recursos web. Si nos fijamos en la población por debajo de los 65 años, estos porcentajes son aún más elevados. Sin embargo, el 85% de los internautas utilizan buscadores como Google como principal y único método de búsqueda. Esto convierte a la Red en un arma de doble filo, en la que el paciente puede encontrar mucha información, pero que no siempre es adecuada, lo que se conoce como "infoxicación". Ahí es donde entramos en juego los profesionales sanitarios, quienes debemos actuar de filtro ante el exceso de información en la red y la mala elección de fuentes poco fiables, enlazando a nuestros pacientes con "recursos 2.0" fiables y basados en la evidencia. Para ello utilizamos códigos QR que llevan a nuestros pacientes hasta las APPs, páginas web o foros relacionados con su consulta. Estos "recursos 2.0" previamente han sido seleccionados y testados por nosotros, para asegurarnos de la veracidad de la información que estamos enviando a nuestros pacientes. De esta manera, la transmisión de conocimientos no se restringe al tiempo limitado de la consulta, sino que el paciente puede aprender sobre su salud cuándo, dónde y durante el tiempo que quiera, a través de un dispositivo con conexión a internet.
Los profesionales sanitarios debemos actuar de filtro anti-infoxicación, enlazando a nuestros pacientes a webs fiables.
Aprovechar el enorme grado de penetración de las nuevas tecnologías que existe en nuestra ciudadanía (el 81% de los españoles tiene un smartphone que utiliza para todo tipo de actividades en su vida diaria), y orientarlo hacia la EpS y el empoderamiento. Cambiar el mensaje de "no busque en Internet" a "busque en esta o aquella página, se la recomiendo"; haciendo que el paciente adquiera un rol activo, fomentando el aprendizaje en salud desde fuentes que nosotros previamente hemos seleccionado. En un futuro, comenzar a "crear contenido" en lugar de seleccionarlo. Es decir, ser nosotros los productores de la información online a la cual enlazamos a nuestros pacientes.
Estas acciones deben ir orientadas a los llamados "pacientes 2.0", personas con habilidades tecnológicas de mayor o menor grado que tengan una mínima noción de manejarse en las nuevas tecnologías, y por supuesto, que cuenten con cualquier dispositivo con acceso a Internet. Este rango puede ir, por ejemplo, desde un niño al que podemos enlazar a un vídeo sobre cómo cuidar su escayola, hasta un adulto de 60 años debutante DM2 al que le recomendamos una APP para registrar su glucemia.
Búsqueda de contenido en la red que consideramos fiable, útil pertinente: APPs para smartphone, webs de asociaciones de pacientes, vídeos explicativos... Traducción del contenido seleccionado a códigos QR. En este formato, junto con el enlace web, el nombre del recurso y una breve explicación del mismo, entregamos al paciente nuestra "prescripción" de información. En algunos casos es necesario ampliar la explicación del recurso, como por ejemplo, explicar más detalladamente el funcionamiento de una APP para el control de la diabetes.
Es difícil medir los resultados en salud de acciones de este tipo. Sin embargo, hemos constatado, que pese a lo "diferente" de la iniciativa, nuestros pacientes hacen uso de la información transmitida de manera virtual, y luego la comentan en la consulta. El principal beneficio que comentan es la disponibilidad que tienen de la misma, ya que en ocasiones se marchan de la consulta con algunos conceptos no muy claros, y ahora saben dónde consultar con confianza de que van a encontrar una respuesta adecuada.
Innovamos en Educación para la Salud. Tradicionalmente hemos realizado la EpS en la consulta individual o en intervenciones grupales. Sin embargo ahora, sabemos que los pacientes usan las nuevas tecnologías y que tienen acceso a ellas. Sabemos además que en algún momento van a consultar sobre su salud o enfermedad en Internet. La calidad de la información que encuentren depende en gran medida de que sea un profesional sanitario quien les dirija a ella. Es un reto para los profesionales sanitarios incorporar un tercer elemento a esta ecuación: las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación.
Facebook: 2
Twitter: 4
Total: 6
Con las puntuaciones obtenidas en la fase de redes sociales, el jurado hará la valoración final de las iniciativas y determinará los proyectos ganadores.