Como introduce el Plan Andaluz de Atención a Personas con Dolor, el Dolor está presente de forma universal en el transcurso de la vida del individuo, afecta a la calidad de vida de las personas y de quienes las cuidan, y puede provocar consecuencias psicoemocionales, sociales y económicas importantes. Además, el dolor incrementa por cinco la probabilidad de utilización de servicios sanitarios y supone una importante carga en costes sanitarios directos e indirectos. La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, valoró como una necesidad ineludible y un compromiso ético, evitar y minimizar el sufrimiento que el dolor produce en las personas y de ahí nació en 2009 ese Plan. Su objetivo es aglutinar todos los esfuerzos para que la respuesta percibida por las personas afectadas sea cada vez más adecuada. Posteriormente, se han actualizado o editado procesos asistenciales relacionados como el Proceso de Atención Integral de Dolor Crónico no Oncológico (DCNO), la guía de opioides en pacientes en situación terminal y las recomendaciones de buenas prácticas plasmadas en el Distintivo de Centros contra el Dolor. Esas iniciativas, entre otras, están permitiendo mejorar la asistencia a cada vez un número mayor de personas con dolor crónico.